ES_ La Enseñanza Espiritual Trinitaria-Mariana - Quién es un espiritista?
"Juan 16:12 Aún tengo mucho que deciros, pero ahora no podéis soportarlo. 13 Pero cuando ese Espíritu de la verdad venga, os guiará a toda la verdad. Porque no hablará de sí mismo, sino que hablará lo que oiga y le anunciará lo que vendrá.”
El primer día los israelitas vivieron de acuerdo a las leyes de Moisés, que el Señor había quemado en losas de piedra en el Monte Sinaí.
El segundo día el cristianismo, al que el Señor llamó sus hijos e hijas, siguió los mandamientos de Jesucristo, de los que aprendieron el Amor Misericordioso.
Al tercer día, los nietos de la tercera edad, llamados espiritistas, adquieren el diálogo con Dios de espíritu a espíritu a través de la Enseñanza Espiritual Trinitaria-Mariana.
Del Libro de la Verdadera Vida - Volumen VII
Las palabras de un espiritista son simples pero profundas en su significado. No busca su propio bien, se entrega y llena un vacío en los corazones ajenos y les ayuda a perfeccionar su idea de Dios. Espiritualista es el que reza espiritualmente, y se levanta en espíritu de cualquier lugar. Espiritualista es el que lucha por la perfección de su alma y también el que vive para aliviar el dolor de los extraños. El espiritista puede estar en cualquier lugar; se le reconocerá más por sus actos que por sus palabras: amor, humildad y misericordia. El Señor dice:
"Sepa que no todos los que se llaman a sí mismos espiritistas lo son. Guiados por la luz de la conciencia no pueden ser engañados. Las acciones del espiritista, para ser puras, deben ser tangibles y dictadas por la conciencia. Cualquiera que adore a Dios espiritualmente en su forma de vida es un espiritista. Debería eliminar de sí mismo todo lo que es un paso atrás para él. El espiritista debe reconocer a los apóstoles y seguirlos, porque fueron sembradores de la semilla divina".
El espiritista no es un santurrón o un monje, pero sabe cómo luchar contra la tentación y es capaz de reconocer el camino de la verdad en medio de un huracán. Es capaz de enfrentarse a un mundo bien armado, de anunciar como profeta y vidente lo que sucederá. Sabrá cómo salvar a los que están en peligro de caer en la ruina. El espiritista tendrá que luchar, y el lugar para su lucha será en todas partes - en su casa, en su trabajo físico o en el camino. No necesita revivir el drama, pues ha aprendido a elevarse espiritualmente hasta sentir y ver las glorias que existen en el espíritu. La semilla espiritualista dará frutos en todas las comunidades religiosas.
En el "Valle Espiritual" la gente no se distancia de los demás, nadie está excluido. Hay una gran atracción y una gran compasión entre todos. Esto es lo que la comunidad espiritista de las naciones debe hacer hasta que alcance la "hermandad entre los hombres".
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